La inteligencia artificial (IA) hace posible que las máquinas aprendan de la experiencia, se ajusten a nuevos imputs y realicen tareas similares a las humanas. La mayoría de los ejemplos de inteligencia artificial que escuchas hoy en día -desde ordenadores que juegan al ajedrez hasta automóviles de conducción autónoma- dependen en gran medida del aprendizaje profundo y del procesamiento del lenguaje natural . Usando estas tecnologías, los dispositivos pueden entrenados para realizar tareas específicas procesando grandes cantidades de datos y reconociendo patrones en los datos.

La Inteligencia Artificial funciona combinando grandes cantidades de datos con procesamiento rápido e iterativo y algoritmos inteligentes, permitiendo que el software aprenda automáticamente de patrones o características en los datos.
Además, varias tecnologías habilitan y admiten AI:
En resumen, el objetivo de AI es proporcionar un software que pueda razonar sobre la entrada y explicar el resultado. AI proporcionará interacciones similares a las humanas con el software y ofrecerá soporte para la toma de decisiones para tareas específicas, pero no es un reemplazo para los humanos, y no lo será en el corto plazo.